REPENSAR CATALUNYA

La Vanguardia

El revuelo que se ha armado en torno a la propuesta de Artur Mas de refundación del catalanismo es como mucho una tormenta en un vaso de agua. No aporta nada nuevo e incurre una vez más en los mismos errores reiterados repetidamente por el propio Mas cada vez que ha decidido algún movimiento. La agitación táctica y la apropiación excluyente de los temas anula cualquier credibilidad a la iniciativa.

Nos hallamos ante un remedo del movimiento táctico que Mas ya orquestó hace tiempo con el tema del nuevo Estatuto y su conferencia de octubre de 2002. El calco es evidente. Ante la progresiva pérdida de protagonismo se caldea el ambiente con un preanuncio tan solemne como inconcreto y vacío. Se vive de las expectativas creadas en un crescendo espumoso que se disipa de inmediato una vez alcanzado el clímax de la comparecencia pública con la propuesta articulada. El regate corto, el cálculo inmediatista, la definición de un movimiento interesado orientado a la obtención de oxígeno político, no son el marco adecuado para los grandes planteamientos de regeneración de la política y de los espacios. La apropiación partidista de los temas, ya sea el Estatuto o el catalanismo, demuestra también que el propósito del proponente no alcanza al núcleo del problema.

El error consiste en intentar ampliar artificialmente desde el supuesto unitarismo del denominador común el propio espacio político. No se trata tanto, pues, de refundar el catalanismo como de intentar situar a CiU en la escena política con unas posibilidades que ahora no tiene. La transversalidad del catalanismo, confirmada durante décadas, en contextos políticos muy variados y algunos muy difíciles sería ahora substituida por un espacio  común amparado en los postulados partidarios.

Es precisamente la fórmula que Catalunya no necesita. El reduccionismo sería el peor remedio para una supuesta enfermedad social y política. En los términos propuestos por Mas no hay refundación posible.

El catalanismo necesita más ideas, más libertad, más tranversalidad, mayor impulso, sin duda. Pero el punto de partida ya no puede ser el de la mirada corta que nace de la apropiación y el tacticismo. Debe nacer de un análisis riguroso y profundo de la nueva realidad de la Catalunya del siglo XXI. Nuevos cambios, otros retos. Las viejas fórmulas ya no sirven. Debemos afrontar una situación nueva. Tan diferente que el nuevo catalanismo transversal y plural deberá construirse sobre nuevas bases que respondan a los nuevos retos de una Catalunya que necesita orientar su futuro. Recuperar el liderazgo, la ambición, la confianza, el orgullo, la autoestima, el optimismo.

Debemos constatar, en primer lugar, que pasados treinta años del nuevo modelo constitucional España ha cambiado mucho. Tanto que hoy podríamos dar ya por superado el antiguo dualismo que con tanto acierto caracterizó hace ya muchas décadas Nicolás Sánchez Albornoz. Tanto que los  términos de las relaciones entre Catalunya y España deben cambiar y ya no pueden basarse en la presunta voluntad de regenerar España desde Catalunya.

En segundo lugar conviene destacar que en la nueva realidad española la presencia de diversos ámbitos territoriales, motores de la economía y de la modernización, cambia el sentido del papel de la economía catalana e incluso de la política catalana en relación a la política española.

En tercer lugar es obvio que Catalunya ha cambiado mucho. Tanto que en términos demográficos, sociales, económicos y culturales nos conviene repensar a fondo nuestra propia realidad. Por primera vez es posible que debamos empezar por nosotros mismos, para saber a ciencia cierta qué esperan el conjunto de los ciudadanos de Catalunya. Incluso qué piensan, qué les emociona, qué les mueve. Nos conviene  abordar, con valentía,  si en los tiempos más recientes y, por ejemplo, en términos de adhesión cultural o televisiva, ha variado de forma muy consolidada hacia una nueva dualidad en nuestra sociedad. Si se confirmara probablemente nos convendría un debate mucho más a fondo que el que se nos propone. Para preguntarnos  sin temor cuáles son los hábitos de consumo, las preferencias de nuevas generaciones de catalanes, formados en catalán, y cuáles los límites de un mercado que podría ser y debería ser, naturalmente, mucho más amplio. Porqué la raíz del nuevo catalanismo deberá construirse contando con esta nueva realidad, entendida y planteada en su conjunto.

Por otra parte, cada vez es más evidente que hoy la solidaridad interterritorial y las dinámicas propias de cada territorio han superado ya todo atisbo del agravio comparativo que en el pasado lastró las relaciones entre Catalunya y España. En este caso hoy es más evidente que nunca que la superación de los déficits históricos acumulados debería ser abordada con absoluta normalidad y sin ningún histrionismo anticatalán. Y sin sucumbir a los embates de los que ampararían una actitud política del Estado reticente, huraña e injusta para Catalunya.

Si, en términos presupuestarios y en términos estatutarios, se empieza a notar una respuesta concreta y pragmática a los problemas de cada día. Si se percibe una causalidad concreta entre el marco político y la respuesta política a la dinámica de la cotidianeidad, si se establece una clara relación entre el Estatuto y los servicios  públicos, parece evidente que el  camino del catalanismo deberá abordar nuevas vías, nuevas ideas, incluso ideales nuevos. Tan nuevos que nos deberían permitir dar por sentado que hemos dejado atrás los viejos problemas que nos han mantenido atascados durante más de un siglo. Dejar atrás los agravios, con el propósito sincero de darlos por superados, y pensar más libremente nuestro horizonte: nuestro modelo, nuestra ambición, nuestra lengua, nuestra cultura, nuestra modernización económica y tecnológica, la expresión nacional de un nuevo proyecto.

El nuevo catalanismo es una apuesta de futuro. Una apuesta a la que, de momento, no parecen capaces de dar respuesta aquéllos que precisamente dejaron larvados algunos de los problemas antiguos que hoy persisten.

Hace cuatro años planteé en las conclusiones de mi libro Catalunya. Catalanisme i socialisme (Barcelona, Fundació Rafael Campalans, 2003), la necesidad de la refundación del catalanismo. Advertía de los problemas que habíamos heredado de los “nuevos refundadores” de ahora, y orientaba el debate hacia unos temas y un espacio que eludía cualquier apropiación y cualquier tacticismo e intentaba abrir en canal nuestro propio ensimismamiento. Para salir de la melancolía, del pesimismo, del victimismo. Para mirar el futuro con una nueva ambición catalanista. De un catalanismo en el alma y en el corazón de la inmensa mayoría de los ciudadanos y también de la inmensa mayoría de los partidos políticos.

PUBLICAT A:  http://hemeroteca.lavanguardia.es/preview/2007/09/25/pagina-20/62238570/pdf.html?

EDUARDO CHILLIDA

Diari de Girona

Fa molt pocs dies es va fer a San Sebastián un acte d’inauguració amb trenta anys de retard del Peine del Viento. És una escultura emocionant, que estableix un diàleg entre la roca abrupta de la costa donostiarra i el mar obert. Hi bat el vent i el temporal, més sovint que el sol i la calma. És una emergència metàl·lica de la roca. Incrustada en el seu moment i, avui, amarada de rovell sembla que neix de la mateixa roca. El temps i el paisatge se l’han fet seva del tot. El Peine del Viento, a cop de dies i dies d’intempèrie sembla que sempre hi hagi sigut, amb naturalitat, nascut de la mateixa natura. Aquesta és la força d’aquesta escultura que, ara, els donostiarres celebren amb goig com a símbol i emblema i li atorguen carta de naturalesa definitiva. Hi ha com una continuïtat natural entre el color de la roca, els regalims del Novell i les formes potents i corbades del ferro que es plega i amanyaga a les escomeses del vent.

He fet sovint el peregrinatge de Chillida i he retut homenatge reiterat a aquest home, llarg i eixut, una canya que es vincla i no es trenca, un porter de futbol artesà de la fusta, la pedra i el ferro. Eduardo Chillida reflexiona sovint sobre la seva feina en silenci, amb poca loquacitat. Ho feia mirant profundament cap endins o amb la mirada cap enfora, orientada als espais oberts, els paisatges del verd basc, les cases, els prats i els boscos, la integració entre la ruralitat i la urbanitat industrial, fent la síntesi entre la duresa obrera del port de Bilbao, l’essència tel·lúrica de la forja i la suavitat ondulant dels prats. Ens en ha deixat testimoni en la seva obra i ho ha escrit amb text i dibuixos en les seves Preguntas, formulades a l’acte de presa de possessió com a membre de l’Academia de Bellas Artes de San Fernando. Chillida s’interroga sobre els espais i els volums, sobre la dimensió dels espais, sobre la percepció dels espais i la capacitat de l’ull humà d’abastar la tridimensionalitat múltiple del món.

De la mà d’alguns alcaldes he fet sovint un recorregut de paisatges urbans singularitzats per l’obra de Chillida. Amb Odón Elorza, tan donat a la reflexió serena des d’una taula del Niza amb un bloc i un llapis, resseguint la Concha i acostant-nos a aquest Peine del Viento que només de pensar-hi em fa sentir l’efecte dels esquitxos de l’aigua i el vent a la cara. És una imatge amb abric, contra el vent, mirant de cara el temporal, mesurant l’alçada de les ones, calibrant la llargada dels esquitxos, admirant la simfonia de l’escultura amb el mar. Amb Joan Clos a Barcelona, admirant la gran peça penjada, i no fàcil, del parc de la Creueta del coll.

Amb Xerardo Estévez, amanyagant la “Puerta de música” que obre el parc de Bonaval, construït en un antic cementiri, ple de roures, darrere d’un edifici envejable d’Alvaro Siza, el Centro Galego de Arte Contemporáneo, i al costat del Museo do Povo Galego. Hi he tornat una vegada i una altra. La “Puerta de música” s’ajeu a la gespa discreta i trenca un instant la dolça monotonia del verd, i la potència granítica del cementiri i el desordre ordenat de les parets seques de les feixes. M’agrada molt aquest parc.

Amb Vicente Álvarez Areces, alcalde de Gijón i ara president d’Astúries, en un recorregut pel litoral i els camins dels penya-segats de la costa asturiana fins arribar a l’elevació màxima que presideix una peça enorme de formigó, el “Elogio del horizonte”, que és com un gran telescopi mut, potser un periscopi de formigó cilíndric que irradia en un gran cercle la força del paisatge en la seva dimensió global de mar i terra. Per casualitats de la vida aquí hi vam anar plegats Estévez, Elorza, Clos, Álvarez Areces i jo mateix, units per la vida municipal, per l’amistat, la sintonia política i l’admiració de Chillida.

La culminació sublim, com els grans parcs d’escultures d’Henry Moore, és el Chillida Leku. Un gran parc d’escultures, un bosc amb escultures, un taller d’escultures a l’aire lliure, una simbiosi entre matèria i paisatge com poques n’hi ha al món. Un lloc per perdre’s, on domina la qualitat, l’endreça, l’ordre, la serenitat vegetal del País Basc, esmaltada de les formes obertes i tancades, arrodonides i cúbiques, amb arestes i contorns suaus de les escultures d’Eduardo Chillida.

L’escultor basc es va enamorar de la Catedral de Girona. Amb més temps i més vida hauríem promogut junts una campanya per fer treure l’orgue de la Catedral. Junts vam somniar escultures a la Catedral mateixa, a Sant Nicolau, a Sant Domènec o a la Devesa. Vam somniar escultures i vam compartir preguntes.

El seu temps a la vida no ens va donar per més. Ara, però, les seves peces s’alcen com un homenatge perenne, integrades en el paisatge.

La grandesa de l’escultura de Chillida és, per a mi, haver aconseguit aquesta identificació total amb la terra. Peces construïdes i modelades per ell, que semblen plantades, nascudes, brotades i crescudes de la terra mateixa. Són paisatges amb accent, una mirada atenta, una manyaga càlida, sense cap agressió. Només agredits, sempre tots, per la barbàrie que no es mira el paisatge, la terra, el país, els sentiments, amb els ulls sensibles, delicats i atents d’un escultor com Chillida.

Si voleu veure l’article publicat cliqueu aquí.

(Aquest text forma part del recull Noves vides amb nom. Girona, CCG Edicions, 2011. pàg. 50-52)

TEMERITAT I INSEGURETAT

Diari de Girona

En Jaume Curbet i Hereu és segurament un dels gironins més GLOCALS que tenim. Ciutadà del món i ciutadà de Girona. Global i local alhora. Atent als fenòmens socials més globals i amb una antena sempre posada, amb intensitats i ones diverses, al carrer de les Hortes de la nostra ciutat, en un punt d’equidistància entre la Llibreria 22, la parròquia del Mercadal i la tertúlia dels esmorzars del Neptú. Des del seu laboratori gironí i virtual, connectat amb mig món, ens presenta ara un destil·lat compacte i finíssim de les seves reflexions i treballs en el llibre Temeraris atemorits. L’obsessió contemporània per la seguretat. (Girona, Curbet Comunicació Gràfica Edicions, 2007). Contingut i auster com sempre, molt poc expansiu, concentrat, depurat, destil·lat, el llibre és un assaig sobre les causes de la inseguretat i sobre la percepció de la violència i de la inseguretat en la societat contemporània. Des de sempre, en Jaume Curbet està acostumat a exigir i a exigir-se la formulació de preguntes adequades. No té mai resposta per a les preguntes mal formulades. Ara, aplica aquest principi de forma directa a la seva reflexió sobre els problemes de la seguretat i es proposa de desemmascarar l’acumulació de simplificacions tramposes que ens fem al voltant d’aquest fenomen creixent i tan propi del món global. La focalització dels casos, l’aproximació perversa i morbosa als fets singulars ens estalvia qualsevol pregunta sobre les causes directes o indirectes de la violència i la percepció de la inseguretat.

D’aquí se’n desprèn un desfasament creixent entre la demanda de seguretat de les societats i dels individus socials i la capacitat i la possibilitat real de produir seguretat, real i percebuda, per part dels poders constituïts. En realitat, en el món global s’ha alterat del tot el concepte del poder, la seva localització física i la seva concreció difusa. Els circuits del diner, dels interessos, de la informació i de la comunicació transcendeixen els àmbits acotats de les administracions i, en el terreny de la prevenció, de la desarticulació i de la penalització judicial, les escletxes del sistema han esdevingut abismes insondables i, en molts aspectes, inabordables sobre la base dels esquemes i de les aproximacions convencionals.

Si entrem, com fa Jaume Curbet, a l’obertura del focus i a prendre distància respecte dels fets aïllats i assagem una aproximació relacional per a conèixer les causes reals de la inseguretat ens trobem amb una interpel•lació punyent que ens demana que ens preguntem per coses que van molt més enllà de la circumstància del cas concret. La societat arbitra i informa explicacions simples, sempre incompletes i sovint falses, que associen, per exemple, delinqüència i immigració, inseguretat viària i conducció temerària, etc. La frenètica voracitat dels esdeveniments fa que cada nou cas tapi l’anterior i actuem sempre per interpretacions limitades i curtes de mires, fixades amb el zoom a fons, en el detall morbós del cas a cas. Perdem sempre de vista fenòmens de més ampli espectre que ens plantegen molts més interrogants i que ens obligarien a abordar-los en uns termes radicalment nous i no gens convencionals que no som capaços de voler veure. Incapaços de reconèixer les causes també ens mostrem incapaços d’atendre adequadament les víctimes reals i de compadir-les, i ens obsedim buscant, com en tants d’altres temes, l’enemic exterior, la causa externa, la culpabilitat exclusiva, excloent i aïllada.

I, per altra banda, la distinció entre risc real i risc percebut ens porta a adonar-nos que els qui més experimenten la sensació d’inseguretat no són els més directament presumptes víctimes de casos de violència o inseguretat, sinó aquells mancats de recursos per reaccionar-hi i adaptar-se a unes circumstàncies noves. Entraríem en el terreny de les inseguretats col•lectives i psicològiques que abasten un espectre molt més ampli que el de l’estricta seguretat ciutadana que, si de cas els que poden, compren. El cúmul d’inseguretats ens deixa orfes davant el món i ens atemoreix per manca de recursos per afrontar una societat nova. El gruix social de l’atemoriment se situaria en aquelles capes menys resistents, més fràgils, a la pròpia naturalesa de les seguretats. Les més proclius, per altra banda, a reaccionar gregàriament a la utilització simplista i demagògica del risc d’inseguretat, concebut com la suma de casos aïllats i aïllables de violència diversa dissociats d’unes causes més profundes.

Jaume Curbet conclou que així s’explica que “per part d’amplis sectors de població d’arreu del món, la proliferació de violències i desastres només pugui ser interpretada crèdulament, ja sigui com un fatalisme natural o com els inevitables efectes col•laterals del progrés”.

No cal dir que “només una comprensió plena ens permetrà deslliurar-nos d’aquesta miopia interessada i, tot d’una, qüestionar aquest model insostenible alhora que obrir espais mentals i socials a l’aparició d’alternatives capaces de transcendir els límits asfixiants que –en els àmbits de l’economia, la política i la cultura -vénen demanant a crits un canvi radical, és a dir, que arrenqui de l’arrel mateixa de les causes que generen els descomunals conflictes i riscos que caracteritzen la nostra societat moderna/capitalista de desenvolupament compulsiu i obsessiu”.

Per acabar vull apuntar que la precisió del diagnòstic ens posa davant del terrible problema de la insuficiència de les solucions que, a escala local, poden crear alguns oasis que no alteren mai el còmput diabòlic del problema a escala global d’un món que és com diu en la cita que hem reproduït de Jaume Curbet, però que cavalca inexorablement caps els deu mil milions d’habitants.

Si voleu veure l’article publicat cliqueu aquí.

 

LA VARIANT DE LA BISBAL

Diari de Girona

La utilització interessada i esbiaixada d’un informe antic de caràcter tècnic favorable a l’opció nord em va fer sortir amb contundència per deixar clar que la posició del Departament de Política Territorial i Obres Públiques i del Govern és favorable a l’opció sud. Vaig afegir, però, també més coses que em semblen d’especial rellevància. Vaig dir que s’ha acabat l’hora de les elucubracions i que ha arribat l’hora de les decisions. Que abans de finals d’any s’hauria tret l’estudi informatiu amb dues opcions, assenyalant la sud com opció preferent, i que s’obriria un ampli procés d’informació pública i participació per tal de recollir i estudiar les al•legacions i concretar, d’aquesta manera, l’opció finalment triada. I vaig subratllar que la decisió final depenia d’una comparació, en profunditat, dels punts forts i dels punts febles de cadascuna de les dues opcions i que en funció d’aquest quadre comparatiu es prendria la decisió final amb criteris objectius.

Des d’aquell dia he vist i escoltat molta més visceralitat que arguments, i els pocs arguments que he escoltat, han estat en tots dos sentits, molt més en privat que en públic. Sí que he vist, en canvi, que hi ha molta gent disposada a donar per descomptat que la decisió serà un acte de supèrbia unilateral i unipersonal, sense atendre a raons de ningú. No hi fa res que jo mateix hagi dit que la posició del Director General de Carreteres és favorable a l’opció nord, i que és en el procés de participació on es prendrà la decsió definitiva. Per als professionals del desprestigi, per als desqualificadors sistemàtics, no calen arguments. N’hi ha prou amb fer soroll i no escoltar.

Vull deixar però clar que la variant de La Bisbal es juga en un altre terreny, lluny de les subjectivitats, interessades o no, i lluny de partidismes de qualsevol mena. Lluny de vociferacions i desqualificacions, lluny d’anys i anys de polèmiques estèrils que, de moment, han deixat a la Bisbal sense variant i amb algun problema de mobilitat.

El Govern no té, i jo no tinc, cap prejudici. El Govern sap tot el que s’ha dit, tot el que s’ha fet, tot el que no s’ha dit i tot el que no s’ha fet en els darrers trenta anys. I el Govern sap que ja no hi ha pròrroga possible, que ja no queda marge, que és hora de decidir. I ho farem. Però no ho farem sols, i no ho farem sense criteri i sense arguments.

Personalment conec gent a favor de la nord, alguns de molt propers, i gent a favor de la sud. Conec gent sincerament partidària d’una i de l’altra. Conec gent amb propietats, grans o petites, en una banda i altra. Conec gent amb interessos, grans o petits, al nord i al sud. No només conec gent. Tinc amics directament afectats per la sud i tinc amics directament afectats per la nord. És natural que sigui així. Conec, també, en el terreny de la política i de l’urbanisme persones partidàries d’una o altra. He escoltat arguments a favor de la sud a molts detractors de l’alcalde de Forallac i he escoltat arguments a favor de la nord a molts detractors de l’anterior alcalde de la Bisbal. He percebut més d’una vegada el tema de la variant de la Bisbal com una lluita entre la Bisbal d’una banda, i els municipis que l’envolten de l’altra, com una lluita del nucli urbà més potent contra el disseminat perifèric. Torno a insistir que he trobat per a cada cas, a vegades sinceritat i a vegades demagògia, a vegades arguments i a vegades irracionalitat, a vegades instint democràtic i a vegades instint caciquil, a vegades interès pel país i a vegades interessos privats.

El panorama no és engrescador ni és alentador.

Si, ara per ara, el Govern es decanta per la sud no és per cap dels arguments que he llegit. És, sobretot, per coherència amb la planificació i l’urbanisme: tots els desenvolupaments urbanístics de la Bisbal, des de 1982, s’han fet integrant en el planejament l’opció sud. No és una dada menor, però no és, és clar, una dada definitiva. Encara, en les polémiques de caràcter local i territorial, cal dir que els partidaris de l’opció sud plantegen la necessària centralitat i capitalitat de la Bisbal i que consideren el front de la nord encapçalat pels que voldrien justificar i exonerar del tot el polígon de Forallac, que jo trobo ben fet tot i que en algun moment, també és veritat que ha plantejat dubtes jurídics i sentències judicials.

La decisió final haurà de contemplar arguments de caràcter urbanístic, demogràfic, social, cultural, ambiental, etc. I s’haurà d’arriscar i triar i ho farem. Sabent que l’opció sud té problemes a Corçà, que afecta un medi d’hàbitat dispers però amb moltes cases actives; que podria també afectar visualment una església rural singularíssima; que fa contacte amb el peu de les Gavarres; que s’aproxima a Vacamorta i que té un encaix difícil a Fonteta.

Sabent que l’opció nord travessa una plana agrícola avui intacta i preservada dels creixements urbanístics, que podria afectar una zona inundable, que per a salvar-la caldria un viaducte; que afecta al nucli de Castell d’Empordà; que se situa en l’entorn de la depuradora; que podria afectar visualment i territorialment els clots de sant Julià.

Sabent que l’opció sud connecta amb les carreteres de Cassà i de Calonge i afegeix connectivitat a Fonteta. Sabent que l’opció nord connecta les carreteres de Corçà a Figueres i la de Vulpellac a Canapost. Sabent que l’opció sud envolta la Bisbal i s’encaixa al peu de les Gavarres, establint un límit entre la ciutat i l’espai protegit, que és de traçat complex i costós.
Sabent que l’opció nord és més recta i d’un cost lleugerament inferior.

M’adono clarament que tot el que està en joc té molt poc a veure amb els suposats prejudicis i posicions personals, i que per molt que es digui, és en l’interès del territori, del país, de la mobilitat, de la preservació del medi natural i humà que caldrà acabar prenent una decisió. És l’hora d’escoltar el territori, d’escoltar i d’atendre els arguments, és l’hora de participar en la informació pública, és l’hora de la veritat.

Com vaig dir, en coherència amb el planejament territorial i urbanístic, l’estudi informatiu sortirà assenyalant amb caràcter preferent l’opció sud. Hi estem obligats i no podem treure dues opcions i no assenyalar-ne cap. Però ha de quedar clar a tothom que la informació pública es fa, justament, perquè no hi ha res definitivament decidit i perquè la voluntat del Govern és que les informacions públiques no siguin un mer tràmit amb les coses ja decidides prèviament. És per aquí per on pot esdevenir fructífer el debat públic.

Per si el tema no fos ja prou complex, afegim-hi que en el mon ambientalista hi ha qui pensa que és millor la nord perquè s’allunya de les Gavarres, i hi ha qui pensa que és millor la sud perquè s’hi acosta sense tocar-les i posant-hi límit. Uns creuen que la nord afecta terrenys d’alt valor paisagístic, que es podrien veure sotmesos a la pressió especulativa, i altres pensen el mateix per l’altre costat.

Tenim tema per a dies, però la decisió final s’haurà de prendre sense demora. El Baix Empordà s’hi juga molt i és la veu de la terra el que tots esperem.

PUBLICAT A: http://www.diaridegirona.cat/secciones/noticia.jsp?pRef=2801_3_216657__Comarques-variant-Bisbal

LLEI DE L’OBRA PÚBLICA

Presentació del llibret sobre la Llei 3/2007, de 4 de juliol , de l’obra pública. Col·lecció “Quaderns de Legislació” núm. 68. Barcelona,  DPTOP,  2007.

El Parlament de Catalunya ha aprovat aquesta Llei que ara publiquem, per unanimitat. Tots els grups parlamentaris van assumir de forma conjunta la necessitat d’abordar i definir un marc legislatiu propi per a l’obra pública. Sense perdre de vista tota la normativa d’àmbit comunitari europeu i d’àmbit estatal que li és d’aplicació, el Govern i el Parlament han entès que és imprescindible concretar amb precisió totes les condicions que cal aplicar al procés complexíssim de l’obra pública. La creixent demanda de transparència, de rigor administratiu, de seguretat jurídica, de seguretat ens portaven a definir amb el màxim detall la programació, l’elaboració la redacció i la tramitació dels estudis informatius i dels projectes, les audiències públiques de tots els instruments de planificació i projectació, la licitació de les obres, la direcció tècnica, la contractació, l’execució, la liquidació.

La Llei entra en el detall dels mecanismes de modificació dels projectes i en quines condicions s’ha de fer, precisa en quins casos té sentit el mecanisme de la subcontractació i defineix el paper de tots els subjectes que participen en l’obra pública i, molt especialment,concreta el paper del promotor, del gestor i del constructor sense deixar-ne cap altre en l’oblit.

De forma específica es defineix el marc singular per a les obres subterrànies en zona urbana i defineix l’existència d’un consell assessor de túnels, que supervisa els projectes d’aquestes característiques i avala la idoneïtat tècnica de les propostes, dels tràmits i dels estudis geològics que contenen.

Aquesta Llei s’ocupa de tota l’obra civil i no, en canvi, de les obres d’edificació que entenem que per les seves característiques necessiten d’una norma més específica.

Voldria assenyalar, sobretot, que aquesta és la primera Llei del Parlament de Catalunya en matèria de contractes de les administracions públiques de Catalunya; per primera vegada s’estableix el règim comú –no sectorial- de les infraestructures i s’aplica a la clarificació de tots els procediments per assegurar amb les màximes garanties l’execució de les obres públiques que Catalunya necessita.

La voluntat del Parlament i del Govern és convertir aquesta Llei en un instrument de modernització exemplar del nostre país i un vehicle apropiat per abordar l’adequada dotació de les infraestructures que es necessiten al servei de la mobilitat, de la sostenibilitat, de la cohesió social i del creixement ordenat i equilibrat.

D’acord amb la voluntat expressada sovint pel Govern, aquesta és una llei relativament curta, que s’entén bé, que és fàcil d’aplicar i que és fàcil de complir i de fer complir.

És en aquest sentit una llei que vol potenciar l’obra pública de caràcter civil des de paràmetres de qualitat, d’excel·lència i de seguretat.

El millor balanç de la vigència d’aquesta Llei ha de ser en el futur la millora constant del nostre parc públic d’infraestructures i la resposta a les exigències de qualitat que un país modern reclama.