LA SEMILLA DEL DIABLO
El País
La conferencia que Artur Mas pronunció el pasado 21 de octubre presenta multitud de puntos débiles que anulan su único argumento central: la propuesta de un nuevo Estatuto de Autonomía para Catalunya. Por más que se revista de novedad, el “nuevo” Estatuto que se plantea será a todos los efectos sólo nuevo si incorpora en su articulado los contenidos de cambio social, territorial, económico y político que se han producido desde 1979 hasta hoy.
Para ello falta un trabajo en profundidad y un trabajo en común. Disponemos de buenas bases, pero las nuevas bases que se anuncian para abril suenan a mala excusa para salvar los últimos obstáculos de la actual legislatura.
La propuesta dilatoria de Artur Mas es una invitación a perder ahora un año y en el futuro una legislatura entera como consecuencia del compromiso de aplazamiento inevitable adquirido en los acuerdos de investidura suscritos en 1999 con el Partido Popular.
La apropiación del catalanismo
En su propuesta Mas certifica un notable desconocimiento de la trayectoria histórica del catalanismo político. Éste deviene en el curso de su razonamiento una especie de coartada para aparcar al nacionalismo y apelar de modo exclusivista y excluyente al catalanismo. Las referencias al nacionalismo se pueden contar con los dedos de una mano. Para situar su oferta se ve obligado a forzar los argumentos hasta desvirtuar el sentido histórico del catalanismo de modo que pueda excluir del mismo a todas las fuerzas políticas excepto a CiU.
Así, a partir de una idea falsa de un catalanismo único, de origen y tronco común, un catalanismo –dice- permanentemente renovado desde “un fondo permanente y un sentimiento inalterable” intenta erigirse en su único intérprete contemporáneo. Es un acto gratuito de apropiación indebida para el cual se sitúa, artificiosamente, en el eje del catalanismo. Una apropiación excluyente muy distante de la tradición unitaria y de la movilización social que caracterizó siempre al movimiento catalanista.
Resulta, sin embargo, que ni la nación, ni el nacionalismo, ni el catalanismo son inalterables y permanentes. Desconocer el carácter dinámico del progreso y de la historia para descartar otros proyectos es un ejercicio inútil cuando no cínico. Igual que apelar a los orígenes y la tradición de 1980 y argumentar que “no es lo mismo un presidente de la Generalitat de matriz nacionalista que un presidente y un gobierno condicionados por su pertenencia a formaciones políticas de ámbito estatal” resulta ya poco creíble. Y más si se tiene en cuenta que en no pocas ocasiones la subordinación nacida de las exigencias de la gobernabilidad ha puesto en evidencia la pureza de la mismísima “matriz nacionalista”. Dicha credibilidad se resiente aun más si entramos en alguno de los contenidos concretos de la propuesta.
Un Estatuto de Autonomía a la defensiva
Esto parece si nos atenemos a la justificación de la propuesta de un nuevo Estatuto “para proteger y reforzar la identidad catalana” y de este modo “seguir siendo y situarnos entre los mejores”.La vieja apelación a una actitud proteccionista no salva nada. Proteger ¿contra quién?, ¿de qué? ¿No es hora ya de afirmar la identidad catalana, de darle una nueva dimensión, un nuevo horizonte? ¿No ha pasado ya la época del conformismo mal administrado, del victimismo subyacente y de la connivencia con la derecha española?
Aquí cruje todavía más que en ningún otro punto el entramado del edificio que nos plantea Mas. La propuesta nace de la más absoluta inanidad. Tampoco aquí el simple engarce de buenas palabras logra situar los temas en el terreno de la credibilidad, la eficacia y la confianza. La simple enumeración de temas ¿aporta algún acento nuevo a una propuesta inocua en su contenido y malintencionada en su formulación política?
La actitud defensiva y proteccionista esconde un catalanismo acomplejado, que no es el mejor planteamiento para abordar con plenitud todas las cuestiones que suscita un balance de la vigencia del actual modelo.
Ministerios por consejerías, ¿pacto o trampa?
Erigiéndose en intérprete único, exclusivo, del nuevo Estatuto, Mas avanza un paso más en su incongruente propuesta. Si nos aceptan el Estatuto aceptaremos colaborar más a fondo; y si no que no cuenten con nosotros por más tiempo. ¿En qué condiciones se puede sostener y sustentar esta propuesta?, ¿de qué gobierno está hablando y con qué fuerzas cuenta? ¿Presupone Mas que dentro de un año estará en condiciones aquí y allá de plantear y mantener una propuesta que desde su unilateralidad nace más desde la arrogancia que desde el patriotismo?
En cualquier caso el PP ya se ha apresurado a aceptar el reto, ofrecer colaboración, garantizar estabilidad y comprometer la voluntad de participar y compartir un gobierno de Catalunya. ¿Se trata tan sólo de un trueque entre la derecha en un intento a la desesperada de mantener un escenario que conserve en España y en Catalunya la actual simetría política?
Sea como fuere todo parece indicar que Pujol ha dejado en manos de su delfín la operación de renunciar al último bastión, al último triunfo todavía intacto para preservar las esencias del imaginario nacionalista.
Pactar con el diablo
Claro que cerrando el círculo el trueque es un trato elegante y educado, hecho trizas a pocos días de distancia por el equipo de colaboradores y asesores de Mas cuando formularon una idea parecida pero con mayor descaro. Si hace falta, dijeron, para impedir que los socialistas accedan al gobierno de la Generalitat, pactaremos con el diablo. Hace 20 años, los socialistas éramos a los ojos de la derecha española el mismísimo diablo. Hemos avanzado un poco: ya no somos el diablo. Ahora hay que pactar con él para impedir la alternancia y frenar la imprescindible regeneración democrática.
La experiencia nos dice que el futuro está a la vuelta de la esquina. Mientras unos se esfuerzan por hallar coartadas para pactar con el diablo, otros formulan razonablemente sus propuestas desde el catalanismo de matriz popular y progresista, el que Artur Mas niega, desconoce u oculta.
Es desde el catalanismo plural que se podrá garantizar un mejor autogobierno. Pero cualquier profundización del autogobierno requerirá de muchas complicidades y no es gratuito recordar que los avances de la democracia, la libertad y el autogobierno han sido siempre paralelos. La historia enseña y explica que los grandes avances en la modernización de España y en la profundización del autogobierno han requerido siempre la contribución de las izquierdas, en colaboración con el catalanismo político de todas las matrices, incluida por supuesto la socialista, junto con la aportación de los nacionalismos moderados. Ha llegado la hora de un Estatuto que integre las aspiraciones de Catalunya con las necesidades de los ciudadanos.
Éste es el escenario posible, previsible y necesario. Y en este escenario caben muchos más y con más derecho que Artur Mas.
PUBLICAT A: http://www.elpais.com/articulo/cataluna/semilla/diablo/elpepiautcat/20021223elpcat_4/Tes/
CINC ANYS DE L’EIX
El Punt, edició comarques gironines
La premsa comarcal de les comarques comunicades i unides per l’Eix Transversal s’ha fet ressò del cinquè aniversari, el dijous 12 de desembre, de la darrera i definitiva inauguració d’aquesta obra. De les valoracions que s’han fet se’n pot deduir un balanç a cara i creu. Aspectes positius: millor comunicació de la Catalunya interior, transversalitat comercial i cultural, increment del turisme i de la mobilitat, facilitats de transport, descoberta territorial i del paisatge. Aspectes negatius: retard de l’obra des de la seva primera planificació, execució fragmentària i inauguracions successives, saturació de vehicles pesats, via lenta i perillosa, alta sinistralitat.
No hi ha cap dubte que es tractava d’una obra necessària i que la seva plena efectivitat ha significat canvis notables en el sistema viari català. Però sobta que no s’hagi fet res per millorar l’entrega d’aquesta gran infraestructura en els dos extrems al sistema viari general, tant a Lleida com a Girona, per una eficaç incorporació en xarxa. Sembla com si la mateixa intermitència en l’execució de l’obra i el seu caràcter d’obra per etapes tradueixi les vacil•lacions i dubtes de l’Administració que l’ha executada i dels seus responsables polítics. Llevat que un aspecte i altre, lentitud en l’execució i contradiccions entre els responsables a l’hora d’encarar el futur siguin símptomes d’una mateixa feblesa i manca d’empenta. Sobta també que hi hagi hagut problemes amb el paviment i és poc raonable que no es reconegui la perillositat d’alguns trams, especialment els que entre Vic i Manresa mantenen obertes totes les possibilitats d’avançament amb un sistema de tres carrils.
Tot i que el balanç és positiu, els problemes que s’apunten reclamen ja una planificació adequada del futur, uns compromisos seriosos i una estratègia definida que aclareixi la funció principal que es vol atorgar a aquesta via i garantir que la pugui exercir.
L’eix s’ha de desdoblar, l’eix ha d’ajustar-se acuradament a la topografia i al territori, l’eix ha de connectar bé amb tots els enllaços viaris que toca, l’eix ha d’incrementar les mesures de seguretat i l’eix ha de tenir una regulació específica per al trànsit de camions que l’utilitzen únicament com a alternativa a l’autopista i drecera en uns recorreguts que el converteixen exclusivament en una via de pas. L’eix ha de servir d’exemple per a d’altres eixos (Llobregat, Ebre, Diagonal) i els problemes que es deriven d’una execució massa lenta s’han de poder superar amb una elecció clara de les prioritats de tal manera que l’adequació dels mitjans a les necessitats faci d’aquestes inversions unes inversions estratègiques i de xoc que canvien la dinàmica econòmica i social d’un país.
Però el fet més sorprenent de tots els balanços és la manca d’estudis que avaluïn l’impacte econòmic d’aquesta via en les diferents comarques que comunica. Alguns, per exemple, opinen que entre Vic i Manresa no s’ha produït cap modificació en l’estructura comercial pel fet que les dues ciutats són ja molt autosuficients. Però què ha passat amb els estudiants? Què ha passat amb la distribució comercial? Què ha passat amb el turisme? Què ha passat amb els sistemes de transport de viatgers i de mercaderies? Estem davant de dinàmiques econòmiques i socials molt aïllades i autònomes que ara estan esporàdicament més ben comunicades però que de veritat no ho necessiten excepte per circumstàncies molts excepcionals? Com és que les comarques interiors han fet més cas de l’aniversari que les comarques extremes? Bages i Osona són potser comarques receptores i el Gironès i el Segrià són més comarques emissores? Tot preguntes que reclamen una resposta i una aproximació que permeti avaluar la importància de les conseqüències de l’obertura definitiva de l’eix transversal ara fa cinc anys.
Mentre no hi hagi aquests estudis i si serveix per alguna cosa el meu testimoni personal puc dir que he estat a Vic i Manresa més vegades des que existeix l’eix que els meus quaranta-nou anys anteriors. I puc dir que hi havia estat sovint. I sé de moltes empreses que han obert i ampliat els seus circuits de clients i de distribució. Sé també que el nou Museu Episcopal de Vic mereix molts viatges per l’eix, que les Fires d’uns i altres, els centres universitaris respectius, algun restaurant, i el paisatge del recorregut bé mereixen la decisió d’agafar l’eix.
Potser l’eix per força és un calvari, però l’eix per lleure és un plaer. El compromís de la Generalitat hauria de ser convertir en un gust l’eix per gust i l’eix per força. Per força, si és un gust, s’incrementarà la quantitat, la qualitat i la regularitat dels intercanvis.
Si voleu veure l’article publicat cliqueu aquí.
PREGUNTA AL PRESIDENT DE LA GENERALITAT SOBRE LES PRIORITATS PER A 2003
Intervenció en el Parlament. Pregunta al president de la Generalitat a respondre oralment sobre com preveu respondre a les prioritats dels ciutadans de Catalunya per al 2003
Publicada a: DSPC-P, 110, pàg 38 DSPC-P, 110, pàg 39
GIRONA, CIUTAT JUDICIAL
Diari de Girona
El moviment poc usual des de fa unes setmanes als entorns del Palau de Fires i de l’Audiència Provincial ha portat Girona a les primeres planes de l’actualitat. En tots dos casos, el desplegament informatiu, l’acreditació de desenes de periodistes, i el seguiment continuat dels dos judicis ha portat moviment i activitat en els dos entorns i ha situat Girona en el primer pla informatiu.
Aquesta notorietat judicial és bona o dolenta per a la ciutat? O en aquesta mena de circumstàncies la ciutat sap reaccionar d’una manera adequada? Donaré la meva visió sobre aquests interrogants, però abans voldria detenir-me en l’anàlisi d’alguns aspectes purament judicials. No des de l’òptica del fons dels temes objecte de judici sinó des del punt de vista dels serveis de l’Administració de justícia. En aquest aspecte voldria subratllar la bona impressió que es desprèn de l’actitud prudent i seriosa del President de l’Audiència apel·lant a la necessitat d’evitar un judici paral·lel. En segon lloc, destaca el paper dels magistrats molt acreditats, cadascú en el seu paper, i en darrer terme i molt especialment el grup d’advocats tant de l’acusació particular com de les diferents defenses, la majoria dels quals són professionals en exercici a la nostra ciutat. És veritat que algun d’ells en alguna ocasió ha tingut inclinacions molt manifestament mediàtiques, com també ho és que ara en el moment dels judicis tots semblen concentrar-se, com els demanava Fernando Lacaba, en la seva feina. No estic pas segur que encara no haguem de veure algun estirabot mediàtic, però ara per ara em quedo amb la impressió, vist des de fora, que tothom mira d’estar al seu lloc.
Una altra qüestió que afecta Girona és el fet que els dos judicis es celebren en escenaris diferents. És veritat que la coincidència i simultaneïtat ho feia força inevitable, tant com la complexitat de tots dos judicis. Però també és veritat que aquesta coincidència torna a posar en el primer pla de l’actualitat la qüestió d’un possible nou emplaçament per a l’Audiència. Ara és el moment de moure tots els fils i d’implicar totes les administracions en una decisió que ja sembla imperiosa, i que requereix d’un cert agosarament. No fa tant que es va inaugurar a l’avinguda de Ramon Folc el nou edifici dels jutjats i ara ningú no sabria imaginar-se el funcionament de l’Administració de justícia sense aquest equipament. I així i tot, els jutjats de menors han d’estar en un emplaçament poc adient i els nous jutjats que s’hagin de crear no tenen un emplaçament garantit. És del tot evident que Girona necessita un segon edifici judicial nou.
I, finalment, convé esmentar un fet insòlit, negatiu, poc edificant. Costa d’entendre la distància que separa els fets jutjats del moment del judici. Aquesta qüestió desborda el marc estricte de la nostra ciutat i planteja seriosos dubtes sobre l’eficàcia de la reforma de l’Administració de justícia abordada per les administracions responsables de tots els moments des de l’adveniment de la democràcia. En les qüestions de justícia ràpida i de justícia de proximitat s’ha avançat poquíssim i en els temps i en els ritmes tampoc.
Tornem per un moment a la ciutat. A totes les ciutats seu d’audiències provincials es realitzen judicis d’envergadura en un moment o altre. És, també en aquest sentit, un plus de capitalitat. L’assumpció positiva d’aquesta capitalitat passa per saber sobreposar-se a l’excepcionalitat, assumir amb normalitat els judicis, respondre adequadament a les demandes que es formulin amb serveis eficients i assegurar que la rellevància dels judicis no eclipsi els altres esdeveniments de notable categoria que la ciutat ofereix en el terreny de l’art, del teatre, del comerç o de les fires.
Mentre esmorzo al bar del Col·legi d’Arquitectes, la plaça de la Catedral bull frenèticament de càmeres impacients. Però en la tranquil·litat híbrida, gòtica i post moderna del bar puc llegir amb tranquil·litat el diari, indiferent a les taules del meu voltant plenes de periodistes de tot arreu que conec, molts de Barcelona, que s’han hagut de desplaçar per cobrir totes aquestes informacions i que ho fan des d’un escenari privilegiat i amb les sales del col·legi adaptades com a sales de premsa.
Sortint no miro cap a l’Audiència, enfilo la mirada cap a les escales de la Catedral, la façana òrfena de patina i el campanar octogonal embolicat.
Si voleu veure l’edició en paper cliqueu aquí.